Elaboración
Esta es una manera distinta de comer una tortilla de patatas, rellenándola. Se puede rellenar prácticamente de lo que queramos, de pisto, de embutido, de queso, de marisco… imaginación al poder. Lo único que hay que tener en cuenta para rellenar una tortilla es que esté bastante hecha, para mi las tortillas que están cruditas por dentro son la gloria pero en este caso no nos sirven ya que al partirlas por la mitad se nos romperá y no podremos rellanarla. Lo de utilizar o no cebolla para hacer la tortilla, pues al gusto de cada uno, a mi me encanta con cebolla, e incluso una punta de ajo pero al gusto de cada uno.
- 1Para hacer el guacamole, pelamos los aguacates, les quitamos el hueso y con la ayuda de un tenedor los machacamos en un cuenco hasta que quede una pasta con algunos tropezones.
- 2Le añadimos el zumo de medio limón y removemos.
- 3Le añadimos la cebolleta muy picada. Si queremos que sea más suave el guacamole podemos escaldar la cebolleta para que pierda fuerza, para ello la partimos por la mitad, la ponemos en una olla cubierta de agua fría y la ponemos a calentar, cuando hierva el agua, sacamos la cebolleta y la ponemos a refrescar en agua con hielo.
- 4Echamos el aceite y removemos bien el conjunto.
- 5Pelamos los tomates y los cortamos en cubos, los echamos al guacamole.
- 6Por último añadimos un poco de cilantro picado al gusto. Si no nos gusta el cilantro podemos prescindir de él. Ponemos a punto de sal.
- 7Cogemos la tortilla de patatas y la partimos a lo largo (como si fuera un bizcocho para tartas). Lo hacemos con cuidado para evitar que se nos rompa.
- 8Ponemos una capa generosa de guacamole y cerramos la tortilla.
- 9Cortamos las raciones al tamaño que queramos y servimos.