Elaboración
Esta ensalada templada, a medio camino entre una fría y una caliente, está inspirada en una que preparaban en el restaurante La Pitanza de Valencia.
Los tres ingredientes protagonistas son las espinacas, el jamón y el queso fresco. Lo más importante es que las espinacas sean brotes u hojas pequeñas ya que son mucho más tiernas y con un pequeño salteado las tenemos listas. El queso fresco puede ser de vaca o cabra, lo más importante es que tenga cierta consistencia para que se pueda pasar por la plancha sin que se deshaga. Finalmente el mejor jamón que nos podamos permitir, mejor cortado fino que grueso y lo echamos al final de la elaboración para mantener todo el sabor, aunque si lo preferimos se puede pasar por la plancha o hacerlo crujiente en el horno.
- 1Ponemos la mitad del aceite a calentar en una sartén y echamos las almendras crudas.
- 2Mientras cortamos el queso en cubos medianos. Cuando estén ligeramente doradas las almendras echamos los cubos de queso, los doramos durante un minuto y echamos las espinacas, salteamos no más de 10 segundos, echamos el vinagre de módena y retiramos del fuego. El salteado de las espinacas debe ser muy rápido para mantener la textura crujiente que tienen las hojas, si nos pasamos pierden el volumen en poco segundos. Fuera del fuego echamos el resto del aceite y una pizca de sal. Removemos todo.
- 3Ponemos en un plato de ensalada con unas lonchas de jamón por encima que con el calor de la ensalada se atemperarán ligeramente, aunque si lo preferimos podemos saltear el jamón junto con el queso y las almendras. Servimos la ensalada templada.