El estudio de diseño de producto gastronómico (food design) Bompas & Parr ha creado el helado fluorescente que podéis ver en la foto. Para conseguirlo, impregnaron el helado con riboflavina (o vitamina B2), que produce luminiscencia bajo ciertas longitudes de onda de la luz y contrarrestaron el gusto amargo de ésta jugando con la cantidad de azúcar y grasa presentes en el helado.
¿Y para qué un helado fluorescente si normalmente tomamos los helados a plena luz de los días más calurosos del año? Pues para poder comértelo en el cine. Al menos éste era el objetivo de la marca Cornetto, para quien el equipo de diseño ha elaborado este proyecto.
Según explicó el propio Sam Bompas, el equipo profesional de Cornetto quería hacer un snack específico para el cine, que se pudiera comer al mismo tiempo que se ve la película, pero sin interrumpirla.
En el cine, se utilizó luz ultravioleta para iluminar el helado sin dificultar el visionado de la película.
A partir de este trabajo, el equipo de diseño ha llevado la idea más lejos y han creado una serie de salsas para postres con enzimas brillantes de luciferina, procedentes de bacterias modificadas genéticamente.
Tal y como lo expuso Bompas, resulta muy especial utilizar para la elaboración de estas salsas la misma enzima que dota de fluorescencia a medusas y luciérnagas. Además esta enzima no necesita luz ultravioleta para brillar, sino que por el contrario brilla sobre la comida bajo condiciones de luminosidad normal. «No hay truco. Sólo tienes que echar una gota de la salsa sobre tu postre y ves ese brillo fluorescente delante de ti», afirmó Bompas, quien añadió que «es algo totalmente orgánico y natural, siempre que no tengas ningún problema con organismos modificados genéticamente».