¿Habíais oído hablar ya de ellos? Puede que no, porque esta nueva tendencia pastelera está aterrizando muy progresivamente por aquí; pero ya hace un par de años que se popularizaron entre los estadounidenses aficionados a la repostería.
La elaboración es sencilla, pero es necesario disponer de los recipientes que los contienen. Estos recipientes (que son reutilizables) constan de dos partes: por una parte un cilindro transparente donde se contiene el pastel en sí y por otra parte una base con un palito, que se utiliza para ir empujando el pastel hacia arriba a medida que nos lo vamos comiendo… De ahí el nombre de estos pasteles y de sus recipientes, que reciben el mismo nombre; ya que To Push Up se podría traducir como «empujar hacia arriba» o «hacer subir».
En definitiva, podríamos definir Push Cake como un pastel individual elaborado por capas que combinan bizcocho de diversos tipos (clásico, chocolate, almendra…) con un frosting o una crema (nata montada, crema pastelera, de chocolate, de frutas…) y al que se le pueden añadir ingredientes como frutos secos, fruta natural, bolitas de chocolate y lo que nos apetezca para obtener una dulce combinación deliciosa, que por sus características se hace ideal para llevar.
Si os animáis a elaborar vuestros primeros Push Cakes, podéis encontrar en la red un montón de sitios donde comprar los recipientes, así como infinidad de recetas que podéis remodelar para hacer más vuestras.
Felices dulces momentos!