Elaboración
Hay pocas combinaciones tan sencillas y tan ricas como esta, una buena anchoa, un buen tomate y un buen pan. Recomendamos usar anchoas en salazón y limpiarlas al momento porque su sabor y textura son inigualables, aunque es más laborioso que comprar directamente una buena anchoa en aceite.
Para limpiar las anchoas en salazón
- 1Ponemos un cuenco con agua fría y metemos las anchoas en salazón. Con los dedos las limpiamos de sal y escamas, las sacamos del agua y las secamos. Debe ser una operación rápida, de un minuto más o menos, no interesa dejar mucho tiempo la anchoa en el agua.
- 2Con una tijeras recortamos ligeramente la parte superior donde está la aleta y la parte inferior donde está la tripa. También los extremos, donde está la cola y donde estaba la cabeza.
- 3Con las manos y poco a poco separamos los lomos metiendo los dedos por la parte de la tripa. Abrimos la anchoa en dos y le quitamos la raspa central y acabamos de limpiar los restos de espinas con las dedos.
- 4Sumergimos la anchoa en un aceite de oliva suave o de girasol. No interesa utilizar aceites demasiado fuertes para no enmascarar el sabor de la anchoa. Conservar en el frigorífico.
Para el tomate rallado
- 1Partir el tomate en dos y rallar la parte de la carne del tomate dejando la piel fuera.
- 2Echar un buen chorro de aceite y un poco de sal.
Para la tosta de pan
- 1Metemos el pan en el congelador 1 hora por lo menos para facilitar el cortarlo fino.
- 2Con una máquina cortafiambres o con un cuchillo de sierra y un poco de maña cortamos rodajas de pan finas, como de 4 o 5mm. Les damos forma alargada para que quepa la anchoa perfectamente.
- 3Las metemos en el horno a 180º durante 3-4 minutos para que queden ligeramente tostadas y cruijentes.
Presentación
- 1En el momento de servir y no antes para no perder el crujiente del pan, ponemos el tomate rallado encima de la tosta de pan crujiente, acabamos con la anchoa y poco de aceite de la propia anchoa. Podemos decorar con algunos brotes.